Imagina esto: Vas conduciendo por la carretera, la radio a todo volumen, sintiéndote un profesional al volante. Pero, ¿qué pasaría si mañana, de la nada, tuvieras que volver a hacer tu examen de conducir? Ese manual polvoriento de tu adolescencia está olvidado, enterrado bajo años de hábitos de conducción en piloto automático. La mayoría de los adultos reprueban este sencillo examen porque han dejado que las reglas se les escapen: límites de velocidad olvidados en zonas escolares, escenarios de derecho de paso pasados por alto o quedarse en blanco con esas señales de tráfico complicadas que aparecen inesperadamente. ¡Es sorprendente cuánto damos por sentado después de obtener esa licencia! Esto no es un examen cualquiera; es una llamada de atención para ver si tus habilidades siguen siendo agudas o si se ha oxidado. ¿Puedes superar las probabilidades y aprobarlo en el primer intento? Sumérgete, demuestra que no eres como la mayoría de los conductores y quizás incluso aprendas una o dos cosas para hacer tu próxima conducción más segura e inteligente. ¿Reto aceptado? ¡Vamos a averiguarlo!